Crónica de una primavera violeta
Mi corazón se agitaba de la emoción, toda la mañana había visto los videos de las movilizaciones en otros estados, envíe mensajes, seguí invitando amigas y amigos a la movilización local, se aproximaba la hora la emoción era mas grande. Esa euforia contenida esas ganas de gritar por todas y cada una de las víctimas. Mi grito sería en apoyo a todas, a mis hermanas hidrocálidas, pero también recordé a mis amigas de diferentes partes de América Latina, también va por ellas. Iniciamos tres, poco a poco chicas se acercaban y preguntaban “¿aquí inicia la marcha?”, sí, Bienvenida, encontrar a las amigas, a las feministas históricas, a chicas y chicos que preguntaban por el evento en facebook, poco a poco se fue reuniendo la gente, repartíamos calcas, carteles, pancartas. Todas éramos diferentes, señoras en carreola, con niños de la mano, jovencitas, señoras más grandes, pero también había hombres que acompañaban a sus esposas o parejas, que venían a sumarse. Organizamos a todos y