Recuerdos de una casa y un tren
Observaba el cielo tumbada en el patio, miraba como las bugambilias contrastaban con el azul, las nubes amenazaban con lluvia y una brisa me regresó los recuerdos que creía olvidados. Jugábamos en esa casa, alguien contaba en el patio de los árboles de naranjas mientras las demás personas corríamos para escondernos, debajo de las escaleras de caracol esas imponentes de piedra blanca, otro corría a esconderse entre el limonero porque el higüero aún no florecía, una a una se escuchaban como nos escondíamos y como nos encontraban, al más pequeño entre los sillones de la sala, debajo de las sillas del comedor, quien se escondía en ese armario que olía a semillas, un dos tres por ti y todos mis amigos y el juego volvía a empezar. Toda familia tiene sus secretos, sus historias, la mía llegó con el ferrocarril, por eso cuando reinauguraron el centro ferrocarrilero fuimos a ver el espectáculo, esa noche el recinto se iluminó y hay noches que nos encuentra con las historias de como