De Mi CaJiTa De PaNDorA

Bueno iniciaremos la semana con el pie derecho y para todos aquellos que ya casi le hablaban a locatel porque no sabían donde estaba se les agradece, resulta que me estaba ahogando entre papeles en forma de pececitos y clips asesinos, era tanto el trabajo (papeles por aquí y por acá) que hasta tenia pesadillas con los papeles, pero bueno mis queridos lectores y todos aquellos que se preocuparon por esta niña estoy de vuelta (ajajajajaj, creyeron que se desharían de mi tan fácilmente, no lo creo!)

Bueno y como todos en esta vida se paga, y al parecer esta muy de moda abrir la cajita de los recuerdos y contar alguna historia esta vez me toco a mi ( a petición de varios queridos lectores), así que en esta ocasión me a tocado abrir la cajita de pandora y despolvar uno que otro recuerdo que creía olvidado, así que aquí esta:
Acabábamos de entrar a 5 año en el colegio las maestras católicas del sagrado corazón de Jesús, inicio de clases y un año mas, para esos tiempos todas las niñas nos sentíamos grandes, maduras y sobre todo muy bonitas, para mi, que era de las más peques me sentía ya toda una mujer, mis pagos mensuales ya habían comenzado y todo era genial (jajajaja, aun no creo que haya pensado eso) bueno también me parecía un martirio tener que cargar un pañal cinco veces al mes (que tiempos aquellos en que todo era grande y nada discreto), pero bueno también acaba de pasar por la etapa de desenamoramiento por parte de uno de los niños más lindos del salón (lo acabo de ver y se le quito el encanto), todo iba bien eso creía yo.
Dieron la campana de entrada y nos indicaron nuestro salón, al reunirnos todos cual es la sorpresa de todas las niñas al darnos cuenta que otro niño y también lindo era el nuevo todas no lo comimos y lo dijo metafóricamente ya que como parvada lo rodeamos tímidamente y nos presentamos, como siempre fui de las más altas de estatura me toco sentarme atrás y en la fila de al lado cual fue mi sorpresa al ver que el niño nuevo estaba a mi lado, al termino de ese día me sentí realizada jaja, y además era la envidia de todas las niñas por tenerlo tan cerquita.
Todo ese año transcurrió así, yo en la boba por el niño nuevo, acababa de terminar la obsesión por las novelitas de Belinda así que las formas tan infantiles y graciosas para conquistar era la orden del día, ninguna delas niñas pensaba en otra cosa, poco a poco una a una fue cayendo, se desesperaban o hartaban de él, pero yo seguía allí perseverando, quedábamos mi archienemiga y yo, y fue toda un batalla, si una se sentaba mas cerca que en la foto de grupo salió mas recargada, en fin todo giraba en su presencia y yo no le decía absolutamente nada, aunque ahora que mi memoria me transporta a aquellos años me doy cuenta que era muy obvia y el muy ciego.
Así pasaron los meses y yo esperaba a que mi príncipe azul se montara en su corcel blanco y me llevara a su palacio a vivir felices, se nota que aun creía en los príncipes, el niño nuevo resulta que tenia una hermana un año mayor que el, cuando nos enteramos hicimos hasta lo imposible por ser amiga de ella, pero hasta la fecha sigo creyendo que era rara (nadie lo logro). Pero el fin de clases llego y yo nunca me anime a decirle nada, nada.
Era constumbre del colegio que nos llevaran a una salida el ultimo día de clases al museo descubre (o papalote museo del niño) estábamos formados con nuestro uniforme deportivo desde los chiquitines de primero hasta los creídos de sexto con nuestras mochilas con le lonche que seguro no nos terminaríamos y las gorras que seguro si perderíamos, en ese momento divagaba por el porque de muchas cosas (desde pequeña tengo ese habito) cuando uno de mis compañeros me hace señas, voltea de un lado al otro para cerciorarse de que la maestra no este viendo y me entrga una cartita con una pulserita morada, la abro emocionada y la comienzo a leer, siento las miradas de las niñas pero descubro que era una carta de amor del niño nuevo, me dice que le gusto, y todo eso pero al final me dice que se ira a vivir al D.F, me da su numero de teléfono por si quiero buscarlo y allí termina todo una confusión de tristeza, alegría, coraje etc..
El paseo fue grato pero no me lleno trate de acercarme a el pero fue en vano, me evito tal vez no quería hablar del tema o pensaba que una carta era el medio perfecto para despedirse.
Esa tarde lo vi salir por el gran portón de la escuela, todo quedo en eso, una carta, una pulsera morada, allí quedo un enamorado, tal vez un príncipe sin caballo y uno de mis primeros amores que enterré debajo de mil recuerdos con el tiempo en mi cajita de pandora, y que gracias a ciertas personitas e vuelto a desenterrar.

Pero bueno aun no olvido el tema de la fotografía pronto les traeré nuevas fotos.