La que siempre sonríe

No pasaban de las 4 de la tarde, estaba concentrada en una crónica sobre dos niños que murieron ahogados en España, cuando un compañero me dijo que me buscaban, alce la mirada y tras el vidrio distinguí a la maestra de radio (también nuestra tutora), deje las hojas en la banca y salí, abrí la puerta y lo primero que me mostro fue un recorte de periódico, me acerque a verlo y pude leer “Erendida …”, ¿¡como!? Erendida???, la voltee a ver y la maestra se me quedo viendo, volví a ver el recorte y mis ojos pasaron de arriba hacia abajo el recorte pero no leía nada, solo veía, me había paralizado, mi hámster se detuvo de shock, pasaba y pasaba la mirada no entendía lo que veía o más bien no quería entenderlo, mis ojos se empezaron a llenar de lagrimas y las manos me temblaron , ¿¡como!?, ¿¡como!?, decía una y otra vez, hasta que la palabra “deceso” tuvo significado, no lo soporte y empecé a llorar, la maestra me dijo tranquila y me dijo si podía entrar al salón, abrió la puerta y dijo “Maestro me permite… chavos les aviso que su compañera Erendida a muerto” (no recuerdo si lo dijo así o diferente, pero mi hámster seguía en shock), la maestra salió y me dio la esquela, me dijo que tranquila y que al rato regresaba, entre la salón y fue como si el tiempo se hubiera detenido, todos, desde le maestro y compañeros se habían quedado congelados, me senté en mi lugar pero la verdad no lo aguante y salí del salón a regar mis penas por la universidad.

Cuando regrese al salón solo escuche que el maestro decía que se retiraba porque no lo aguantaba, estaba todo rojo y tenía la voz cortada, caras acongojadas, ojos llorosos, pañuelos enredados y claro no falto el hipócrita, el día continuo de una u otra forma, dos horas libres me ayudaron a pensar y a pensar, aun ahorita lo sigo sin creer.
El último día que fue a clases había sido el 12 de feb. Se iba porque le realizarían exámenes para un trasplanté, tenía la ilusión y aun cuando se sentía mal iba a clases, quería terminar la carrera, esa era su ilusión, me siento tan mal y créanme que me duele, me duele porque una persona que tenía ganas y lucho contra su enfermedad quería seguir estudiando y cuantos siguen en los salones de clases echando flojera y pagando colegiaturas para aprender a hacer nada y a levantar tarros con estilo, no, eso no es justo.
La tratamos poco, tendría que ir un año adelante pero por lo mismo se atraso, pero aun así regreso, me encariñe muy rápido y me caia muy bien cuando faltaba por sus estudios médicos le pasaba los apuntes y los copiaba rapidísimo para ponerse al corriente, era y es un verdadero ejemplo de lucha.

La noticia me ha hecho valorar la vida y como esta se puede darnos sorpresas y llevarse a nuestros seres queridos, es el ciclo de la vida pero aun así duele, aun así la quiero recordar como un ejemplo de perseverancia de lucha y de esfuerzo.