Fiestas patrias... un consumismo, un orgullo

Que rápido hemos llegado a las fiestas patrias, ¿no creen?

Y aprovechando las fiestas verde, blanco y rojo, y que hoy es miércoles de confesión les cuento que nunca he festejado una fiesta patria.

Carioso, tal vez, pero en el colegio había que festejarlo porque a todos nos obligaban a usar grandes faldas, trenzas y banderitas, pero después ya no.

No soy malinchista, adoro a mi patria, estoy orgullosa de vivir en México en un lugar con tantas bellezas naturaleza y una cultura envidiable, pero me causa tristeza que solo nos acordemos de nuestra patria días como estos.

Si, es hermosa nuestra patria y creo que hidalgo, Aldama y todos ellos a los llamados héroes se volverían a morir si vieran en lo que se ha convertido México, ellos lucharon por una libertad, y ahora hasta la fecha luchamos aun más por la libertad de expresión, luchamos aun más porque México conserve sus tradiciones y para que México no sea consumido por los intereses de las grandes naciones.

Ayer festeje el grito viendo una película, y a la vez pidiéndole al señor de los cielos que la noche fuera tranquila para que no se repitiera lo de Morelia hace un año.

Son las fiestas patrias, la fiesta de México, una fiesta que hasta en las representaciones escolares ha sido alterada, todos cuentan la historia de la independencia hasta la madrugada en que hidalgo convoco al pueblo, peor no cuentan de que fueron degollados y sus cabezas colgaron en la alhóndiga como advertencia, no cuentan que Morelos siguió con la lucha, por favor, las nuevas generaciones requieren de una historia completa no de una alteración de la verdad.

Si son nuestras fiestas patrias, no la venta masiva de banderitas, de comida o de todo eso que abarrota las calles, es como navidad, san Valentín y todas esas fiestas comercializadas, no necesitamos que gane o empate la selección para sentirnos Mexicanos, somos Mexicanos todos los días y eso hay que festejarlo.