Vodka y jugo de uva

Me perdí, llegar al departamento de K era un rollo, el barandal estaba cerrado con un candado estilo cárcel, por un momento pensé que me había equivocado de lugar, pero no, eran los edificios amarillos al lado del estacionamiento de la clínica la salud, me las ingenie, rodee, y entre por la F y salí en la A, siguiendo las indicaciones subí y subí y subí, fiu, llegue…

Entre la platica de política de la universidad (no se porque terminamos hablando de eso) y las manecillas del reloj decidimos que había que comer algo, los chicos de fueron al oxxo por tostadas, refrescos y no que más K y yo nos quedamos preparando la comida, mmm nos quedo tan rico, espagueti blanco con jamos y discada de verduras (papa, zanahorita, calabaza, brócoli, jitomate, cebolla,) con una salsa de naranja y jugo maggi adornado con jícama, esa tarde explote mis cualidades culinarias, bueno ni tanto soy tan anti hogareña pero cocinar es genial.

Mientras preparábamos todo aparecieron los R, I y C, creíamos que se habían perdió en el trayecto de casa de K al oxxo, con eso de que tuvieron que atravesar un charco tomar avión, burro y metro, jajajaja, pero eso si regresaron acompañados de todo lo que fueron a buscar además de una botella de vodka.

No soy fanática del vodka, normalmente en las fiestas prefiero el tequila, pero, como las cosas no estaban nada bien desde el sábado y tenían pinta de empeorar, dije, adentro, fue tan rico y me cayo tan bien, entre la platica amena con los amigos, las barbaridades que decía I, y C, que haciendo uso de sus conocimientos de mesero preparo las bebidas legalmente chantajeadas.

Fue un gran domingo, el vodka y el jugo de uva fue un elixir rehabilitador, la platica de los amigos y su compañía fue una gran terapia.