La muerte, hecha mujer y catrina
“La muerte, es democrática, ya que a fin de cuentas, güera,
morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera”
J.G Posada
Solo por unos días y unas
cuantas horas, sale ataviada de gala, con sus plumas y vestido largo, a veces
porta galante su traje y sombrero de charro,
en otras se envuelve con su reboso ocultando su mirada bajo un gran
sombrero con flores, exacto, es la
flaca, quien con porte y elegancia hace su aparición.
La mujer es la perdición de
los hombres, ejemplos incontables tenemos con las sirenas y su canto que
atraían a los marinos, pues nuestro personaje, usa sus encantos, con broma,
elocuencia y gracia para atraer a los mortales y darles su final de “calavera”,
los vivos caen en su trampa, pero es cierto que cuando la negra llega,
difícilmente se salvan.
La mujer coqueta de la que
estoy hablando, hace referencia a una de las tradiciones más arraigadas de
nuestra cultura, pero también a una de las fiestas con más color y mucho humor
que festejamos los mexicanos, La catrina, la dama elegante y hasta “sexy” que
nos invita a jugar y a divertirnos pues es ella la que nos acompaña hasta la
muerte.
Estaba la maestra Marta fumándose un cigarillo
llegó la muerte y le dijo te acompaño con el humillo
pues yo ya no puedo fumar y si sigue así
le pasará lo mismo que a mí.
llegó la muerte y le dijo te acompaño con el humillo
pues yo ya no puedo fumar y si sigue así
le pasará lo mismo que a mí.
Estaba la pobre muerte angustiada por los salones
porque la maestra le dio malas calificaciones.
*bajada
del sitio calaveritasliterarias.net
La Catrina, es la metáfora de la
clase alta de la sociedad mexicana en tiempos del General Porfirio Díaz, cuando
las señoras de la alta sociedad vestían para dar un paseo por la antigua
Alameda Central.
Algunos artistas han plasmado su
imagen, en pinturas y grabados que la han hecho inmortal y reconocida hasta
nuestros días. El precursor de las obras de calaveras fue el artista mexicano
Manuel Manilla nacido en 1803, sus trabajos incluyen esqueletos humanizados y
caricaturizado.
Pero, La Catrina como la
vemos hoy en día plasmada en papel picado o en ilustraciones es del
Aquicalidense, José Guadalupe Posada, originalmente conocida como “ La calavera
garbacea”, como fue llamada por Posada.
Su
origen data de 1912, cuando el grabador realizó el busto de La garbacea, como
una crítica social a las personas de sangre indígena que renegaban de sus
raíces y que pretendían verse como europeas.
Posada, tras la petición que le hizo
Antonio Vanegas Arroyo de una calavera garbancera, dibujó el rostro de una
calavera con sombrero, que era su forma de representar a quienes pretendían
aparentar un estilo de vida que no les correspondía.
Se difundió por la imprenta de Vanegas
Arroyo, en noviembre de 1913, 10 meses después del fallecimiento de Posada.
La ilustración apareció acompañada del
texto titulado “Remate de calaveras alegres —y sandungueras”:
Las
que hoy son empolvadas garbanceras pararán en deformes calaveras:
Hay
hermosas garbanceras
de
Corsé y alto tacón;
pero
han de ser calaveras,
calaveras
del montón.
Gata
que te pintas chapas
con
ladrillo o bermellón:
la
muerte dirá: no escapas,
eres
cráneo del montón.
Fue Diego Rivera quien retomó el
rostro de La Calavera Garbancera y le colocó un cuerpo; y la pintó como figura
central en su mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, que
creó para el hotel Del Prado, donde aparece el mismo Diego Rivera, Posada,
Frida Kahlo.
A partir de este mural, la
celebré ilustración paso a llamarse La Catrina,
que proviene de la palabra ‘catrín’, sinónimo de elegante, distinguido,
bien vestido, fino, sofisticado y otros adjetivos con que el pueblo denominaba
a las clases privilegiadas de esa época.
La Catrina, mencionan varios autores
como la crítica de arte Raquel Tibol, quien considera que es una composición de
dos artistas: el rostro es de Posada y el cuerpo de Rivera.
Pero, ¿Por qué la catrina es
mujer?, ¿Por qué se hace alusión a ella?, ¿Por qué la imagen de la muerte
aunque sea festiva cuanta con cualidades femeninas?, ¿es la muerte una mujer?.
Esas y varias preguntas me
he hecho, y sin duda, como lo planteo al inicio de este artículo, la mujer es
la perdición de los hombres.
Pero es la mujer, para el
hombre la representación de conflicto y de lucha, es quien lleva el pecado,
quien seduce, engaña y enreda al hombre hasta que pierde el paraíso.
Son las mujeres, según la
mitología griega con las Moiras, para los romanos las parcas y con los nórdicos
las nornas, quienes controlan los hilos de la vida, desde el nacimiento hasta
la muerte, es decir, para el hombre la mujer es la dadora de la vida, por lo
tanto su representación desde estos personajes mitológicos, son concebidas
desde entonces y reconocidas por que son las que dan pero también las que
quitan.
La mujer es bella, pero es
temida, su sexo, carácter, existencia misma la hacen un ser enigmático, de una
naturaleza que no fácilmente puede ser sometida, así es vista por el hombre, su
creador, quien realizo todas las ilustraciones donde ella es quien plasma y
encarna a la muerte.
Ahora a 101 años de su
creación, la flaca, negra o La Catrina, es quien resume lo que es la mujer
mexicana, es tradición, color, fuerza, nostalgia, elegancia, gracia, es nuestra
mejor embajadora, quien se ha vuelto icono de la mujer ante el mundo.
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