Por primera vez Interne nos une, 5ta y 6ta semana de ISOC y DF
¿No sé qué tiene el Distrito Federal?, pero todo lo que pasa es mágico, cada que visito el DF – la mayor parte por trabajo- algo sucede, será la mezcla entre los edificios coloniales, los rascacielos, el ajetreo de la gente, los puestos de artesanos, los tlacoyos o el barrio chino, un querido cielito café o visitar bellas artes.
Sabía que sería una semana pesada, terminar tareas, hacer maleta, problemáticas personales, y al mismo tiempo participar del 8vo Foro de Gobernanza en Internet, como no me era posible asistir tuve que verlo desde streaming al tiempo que participaba con tweets de opiniones y ligas que compartían.
Muchas veces me he preguntado si los pasos que doy son los correctos, no lo se, pero vivir con esa duda es un estilo de vida, lo que si era seguro: la noche del jueves aborde el transporte que me llevaría al DF.
A lo largo de estas semanas en el curso de Gobernanza en Internet impartido por la ISOC, me he preguntado los origines, bases y lo que hace tan especial a este mundo de números binarios, de protocolos IP, de códigos de programación, a su vez llegue ese fin de semana a concluir el curso de liderazgo político impartido por la Universidad George Washington cursos un poco contrarios entre los dos, pero creo que fue hasta este fin de semana que descubrí lo que une a estas dos áreas: ambas quieres un lugar igualitario para todas y todos.
Con sabor a trufas de la Panadería Edison, a quesadillas enormes de hongos y flor de calabaza, agua de horchata, chocolates con un grano de café en el centro, recorrer Reforma, la Alameda Central, pasar por la imponente Torre Latino, ser turista dando guía turística por el Salón Corona, La Casa de Toño, la Panadería Ideal, paso a paso iba cambiando.
Entre los planes a una cena llegó un mensaje privado por twitter, los compañeros de la ISOC se reunirían esa noche – no sabía que seguían en el DF- decidí, si mi acompañante no le parecía mal ir a saludar un ratito, un pozole enorme, una pizza azteca – originalmente se encargó un sope, pero sus dimensiones no parecían de sope- entre la luz, los colores y la lluvia que amenazaba en la zona rosa llegamos al zócalo donde nos encontramos con los ISOC.
Fue fácil distinguirlos, aunque nunca nos habíamos visto en la vida, éramos los amigos, los que hacíamos enojar a la maestra desde Skype o la plataforma, los cómplices de la Gobernanza en Internet. Entre la chipi chipi y la calle solitaria del media noche llegamos al Salón Corona, explicamos y recomendamos que tomar, desde las diferencias de una michelada, chelada o gringa, entre preferir una oscura a una clara, y claro darnos cuenta que teníamos que festejar el Día Mundial de la Cerveza.
¡Salud, por la Gobernanza que hoy nos ha reunido!, platicamos de todo, desde el derecho al olvido, proyectos personales, el trabajo que hacen desde sus países para conseguir un acceso más igualitario a Internet, los pasos que nos trajeron esa noche a ese salón y claro nos llenamos las manos de platicar lo bello que es México y sus fiestas, hable con orgullo de mi feria, la Nacional de San Marcos, la Catrina, Bellas Artes, la Casa Azul de Frida, hablamos de la edad y de cómo se oculta en unos mejor que en otros, intercambiamos cuentas de twitter y reímos del mundo paralelo que sería si las ONG´S tuvieran el control absoluto de internet –fue una dinámica que realizamos para entender la importancia del ecosistema de internet-.
Esa noche éramos un montón de jóvenes de todas partes de nuestra bella Latinoamérica hablando de cosas raras, me despedí con la alegría de una niña, a la mañana siguiente entendí al cerrar el Seminario que los líderes somos todos y que para hacer el cambio debemos empezar desde este momento y no buscar que toquen a nuestra puerta.
Esa noche éramos un montón de jóvenes de todas partes de nuestra bella Latinoamérica hablando de cosas raras, me despedí con la alegría de una niña, a la mañana siguiente entendí al cerrar el Seminario que los líderes somos todos y que para hacer el cambio debemos empezar desde este momento y no buscar que toquen a nuestra puerta.
Recorrí el Monumento a la revolución hasta el Ángel de la Independencia, nunca creí subirme y ver el DF desde el Ángel, de ahí hasta Chapultepec camine por los mismos pasillos de que las Virreinas y baile el vals desde el piso a blanco y negro.
Dejar el DF siempre es difícil, esa noche lo fue más, con una central llena por el fin de las vacaciones yo dejaba una parte de mi corazón y muchas promesas en otra maleta que tomaría un curso diferente al mío, pero el DF ahí seguiría.
Por cierto, me inscribí para participar en el #Youth@IGF espero ser seleccionada para la primera ronda y de ser así a dar lo mejor para llegar a Brasil 2015.
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