¿Las niñas, niños y juventudes tienen derechos?
Mi participación en el Panel inaugural del Encuentro Regional Latinoamérica y el Caribe, Participación protagónica y ciudadanía digital de niñas, niños y personas jóvenes.
Es raro que empiece con esta pregunta en este panel cuando
seguramente todas las personas que están viendo este panel van a decir, claro,
tienen derechos.
Pero les invito a que nos salgamos de nuestro escritorio y
recorramos las colonias, periferias, municipios, donde el acceso a internet
sigue siendo visto no como un derecho, sino como un privilegio
Cuando voy a las escuelas primaras o secundarias, pregunto a
las infancias y adolescencias si creen que internet es un derecho, su respuesta
es que no y cuando les pregunto si tienen derecho a participar su respuesta es
no.
De internet creen que es un privilegio porque en casa no
pueden pagarlo, de participar, opinan que las personas adultas no les dejan
hablar, les callan, les dicen que no hablen, que hablan mucho o interrumpen
constantemente.
Pero las niñas, niños y adolescencias de municipios,
periferias, comunidades no ven ni viven su participación digital de la misma
forma que las niñas, niños y adolescencia que viven en las capitales, hoy,
hablamos de inteligencia artificial, de conectar, desconectar, pero como estas
brechas están alejando a las infancias y adolescencias y tiene un impacto en el
desarrollo de sus vidas. Que pasa con las niñas y niños y adolescencias con
discapacidad, de pueblos originarios, qué internet estamos creando y como viven
su ciudadanía
Y vale la pena que nos preguntemos como personas adultas ¿cuándo
yo era niña o niño, las personas adultas me dejaban hablar, opinar?
¿Promover su participación?
Y retomo la pregunta con la que iniciaba esta intervención, ¿tienen
derechos?
¿Sí, pero en lo digital también?
Damos a las niñas, niños y adolescencias juegos en línea y
demás dispositivos para su entretenimiento, pero pensar que ellas y ellos estén
en redes sociales, plataformas creando contenido, conversando, construyendo,
aprendiendo, eso es impensable.
Y no, con esto no quiero decir que los videojuegos sean
malos, pero, es interesante como desde el cuidado vemos menos “dañino” el uso
de videojuegos, “antes nos divertíamos más”, no había tanta cosa virtual, “internet
es muy peligroso”, “no deberían conectarse tanto” –pero tienen todos los
dispositivos-, “internet les hace daño”, estas son algunas de las
expresiones que nos dijeron en una consulta a madres, padres, docentes para la
prevención de la violencia digital en niñas y niños entre los 10 y 12 años.
Entonces hablamos de una convivencia digital y un
empoderamiento para construir una ciudadanía digital de las infancias y
adolescencias.
La realidad es que las infancias ya están en las redes
sociales, plataformas y videojuegos, la pandemia acelero su acceso, ellas y
ellos saben para que sirve una contraseña segura y por qué deben tenerla, saben
que no deben aceptar solicitudes de amistad o hablar con desconocidos y que los
retos pueden ser peligros para su vida y salud, entonces ¿por qué seguimos
ocupando los primeros lugares en grooming?
Lo primero que debemos hacer es cambiar el argumento de que
las infancias no deben estar en redes sociales, la realidad es que las
infancias están presentes en redes sociales y plataformas, lo hacen cambiando
su identidad pues saben que dichas redes tienen reglas y que no podrán entrar
si dicen la verdad.
Y para eso tenemos que dejar de pasarnos la bolita.
Salgamos de los escritorios y vayamos a las comunidades, escuchemos
y tomemos en cuenta las opiniones, voces, necesidades de las infancias y
adolescencias, recordemos que esto es un trabajo en equipo.
Corresponsabilidad digital desde el acompañamiento para una ciudadanía
digital de niñas, niños y adolescencias. Esto significa la distribución de las
acciones y responsabilidades que tienen todos los grupos de actores para lograr
la seguridad digital de las infancias y adolescencias.
Podría
mencionar una gran lista de políticas públicas con reglas de operatividad
claras que permitan dar seguimiento para la alfabetización, prevención,
acompañamiento, como programas en todos los niveles educativos y hago un
paréntesis para pedir que el estado no promueva campañas donde estigmatice
desde el miedo y la culpa el acceso a internet.
También
podemos mencionar la cantidad de reformas legislativas pendientes y un sistema
de justicia que sirva a nivel operativo y que no revictimice a las infancias y
adolescencias por que si el sistema de justicia nos ha quedado a deber a las
mujeres a las infancias y adolescencias se les ignora
Implica
hablar del acompañamiento, equilibrar la supervisión materno paterna, el
derecho a la intimidad, privacidad, a la información, libertad de expresión, a
su huella digital de niñas niños y adolescentes.
Podría
dar una serie de recomendaciones, pero me gustaría cerrar con estos tips:
La crianza no es una receta.
Escucha. Nos toca a las personas adultas escucharles
para compartir el mejor consejo.
La comprensión sin prejuicios.
Evitar regaños y castigos.
Comunicación asertiva. Es decir, hablemos y hablemos
mucho con las y los adolescentes.
Preguntar. Nadie lo sabe todo – y menos las personas
adultas-
Cuando Internet
comenzó no se pensó como un espacio para mujeres, personas LGBTIQ+, o para
garantizar los derechos digitales de quienes entonces navegábamos en la llamada
telaraña mundial.
Pero,
hoy en día sí creo que, si acompañamos a las infancias y a las adolescencias, les
escuchamos internet será un espacio más seguro para todas, todos y todes.
Puedes ver la grabación en: Encuentro en vivo
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