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Burnout feminista, reflexión de cierre de 2022

  Empiezo a escribir este texto en mi primer día de vacaciones, me desperté tarde –muy tarde- y pensé ¿qué se hace cuando se está de vacaciones?, claramente mi mente ya tenía una lista de tareas para hacer cada día de la semana. Llegar a nombrar “tomarme unos días” fue –probablemente- la decisión más difícil de este año. Hace unos días le decía a mi comadre que esta semana sería tranquila y que trabajaría en cosas sencillas esperando no se ofreciera nada, yo evitando decir la palabra “descanso”, porque claro, creo que no merezco descanso, para qué tendría que descansar, y si pasa algo, y si sucede algo y si no respondo, no estoy, no veo. Previó a navidad encontré el texto El burnout feminista. ¿Podemos habitar el feminismo sin quemarnos y dejar las cenizas en él? de Ita María Díez que me puso a llorar toda la mañana. Qué difícil es parar, que difícil es hacer un alto para escuchar al cuerpo y que difícil es recordar que soy una persona que también merece un descanso y decir...

Reflexiones al amanecer

  No sé si a nuestra edad se trate de enamorarse, si las mariposas en el estómago están sobrevaloradas, sonrojarse nos da pena y la risa nerviosa nos delata. No lo sé, yo creo que sí. Estimadas personas que me permiten compartir las palabras, estas son las líneas con las que inició el 2022 (me regresé a borrar el número porque había puesto 2021) pasé los primeros días sin hacer nada, mi yo ansiosa que quiere trabajar y estar "haciendo" estuvo muy tranquila, nos sentimos tranquilas, felices. Probablemente me van y nos van a exigir muchas cosas, pero por primera vez quiero jugar con mis reglas y dejarme sentir, dejarme guiar, guiar es como bailar, y lo noté justo en los primeros minutos del primero de enero bailando cumbias, debo dejarme guiar, no pasa nada malo, no me pasó nada malo. Son las 7:26am y tengo los dedos entumidos, que gusto el mío de estar frente a la computadora tan temprano, pero el silencio es perfecto para repasar los pendientes en la nueva agenda (una...

Un brindis

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  Hoy brindo por todas, este año ha sido terrible, perfecto, gracioso, amoroso, sorprendente, mágico, he llorado, amado, reído y me perdí, me encontré y me volví a abrazar. Hoy brindo por todas, estamos vivas, estamos juntas pesé a ideas románticas de sororidad o malinterpretaciones de la enemistad femenina. En un 2021 que parecía eterno, donde la incertidumbre nos atravesó muchas veces, la angustia por un futuro incierto y los reencuentros que estuvimos aguardando por meses. En el 2021 nos volvimos a abrazar, nos reencontramos y por un momento los meses anteriores nos parecían un sueño o una pesadilla. Volvimos a recorrer las calles, carreteras y cielos, había olvidado lo que significaba hacer maleta y emprender una aventura, las primeras veces nos volvían a saber a eso, a una primera vez. El 2021 también fue de muchas lágrimas, de amistades que se fueron, de proyectos que se quedaron en ideas, de reconciliaciones que no se lograron, de palabras que dolieron hasta el alma ...

2020, resistimos

  2020 =   365 días de 48 post y 37, 431 palabras plasmadas en el 2020, perdí la cantidad de las vídeo llamadas, zoom google met, jitsi, y de todas las conexiones, de la cantidad de podcast, mensajes de voz y tweets. El último de cada año desde hace muchísimos años escribo sobre lo aprendido, lo olvidado, y bueno un resumen motivacional del año que cierra. La verdad es que tenía un texto largo y emotivo pero lo borré. El 2020 se llevó mucho, nos dejó los corazones apachurrados y lloramos más, el 2020 nos separó, me dijeron que siempre estoy ocupada, me regresó a la casa que pude llamar hogar, nos hizo .me hizo- regresar a lo simple, a bajarle tres rayitas, a ser empática, a practicar el cuidado colectivo y propio pero también me dieron muchas oportunidades increíbles. Aunque queramos olvidar este año el 2020 se quedará con nosotras y nosotros siempre, todas   todo recordaremos este año en lo bueno, lo malo y lo pésimo que quisiéramos olvidar pero no sé puede sól...