Madres (el dolor y su lucha)
La semana pasada les contaba de la culpa a las madres, se santifica la labor de una madre pero cualquier mínimo error la culpa es suya. ¿Qué orilló a una madre a amarrarse en una silla en la CNDH? Llevamos una semana viendo imágenes de la toma de la Comisión Nacional de Derechos Humanos ahora llamada la Casa de Refugio Ni una Menos México y como se ha replicado por todo el país. Esta vez no son feministas, no son “grupos de choque”, son madres. Madres que han dejado la casa, muchas veces los trabajos, para buscar a sus hijas e hijos desaparecidos, para pedir justicia por la hija víctima de feminicidio, son esas madres las que aprenden la profesión y desde el amor –no sé cómo más llamar a lo que las mueve todos los días en un peregrinar entre instituciones- soportan malos tratos, injusticia, revictimización de un sistema de justicia al que no le gusta escuchar quejas. Quieren justicia, quieren saber la verdad. Pero la culpa nuevamente es de ellas, por no buscar un dia...