La madre de ser madre, Observaciones de una no madre
“Ninguna mujer tiene un orgasmo abrillantando el suelo de la cocina” Betty Friedan
A
pasado el día de las madres y con ello se van las rosas, las tarjetas de buenos
deseos y amor incondicional, las largas filas en cualquier restaurante y el
constante sentimiento de ¿qué le regalo?, y sí, yo pase por todas esas largas
filas para que mi madre se sintiera bien madre en su día, y no es sarcasmo
aunque lo lean como tal, es que no soy madre pero reconozco el trabajo que
implica ser madre.
Ser
madre es un estado de incondicionalidad, un estado de obligación que no tiene
un plazo ni fecha de caducidad -es efímero soñar que si el hijo cumple la
mayoría de edad la madre es libre – al contrario es un trabajo de 24 horas x
365 días que no incluye días festivos, vacaciones, mucho menos prestaciones de
ley y claro no hay un salario, ser madre es un trabajo que se hace por amor.
Todas
llegamos a jugar a las muñecas y decir que era nuestro bebe y las que fuimos
hermanas mayores nos aprovechamos de los más pequeños para usarlos de muñecos
de carne y hueso, imitábamos el papel de nuestra madre, nos poníamos sus
tacones, collares y al salir el fin de semana a pasear también queríamos cargar
con bolsa y muñeco –aunque siempre papá terminaba cargándolo todo-, pero jugábamos
a imitar un rol que debíamos aprender.
¿Por
qué lo debíamos aprender?, no entrare en cuestiones teóricas, pero si en
sociales: la mujer es la base de la familia, la protectora, la educadora de los
hijos, el sustento emocional del esposo, la mujer es la procreadora de la
familia y un largo etc. Nos enseñaron a que llegado el momento debíamos pasar
de jugar a vivir ese rol.
Y no solo eso, también nos enseñaron a que retrasar o decidir no ser madre es ir contra la naturaleza
Hoy
en día paso por las tiendas de artículos para bebes o las que se especializan
en niños y encuentras cualquier artículo que facilita la vida y los primeros
días con el nuevo habitante del hogar, la cantidad de libros para aprender a
ser un buen padre y qué hacer con un recién nacido, ¿cómo aprendió mi madre sin
un libro?, ¿serán suficientes todos esos libros o faltara alguno?.
Exacto,
yo entraría en pánico.
De
mis amigas, solo una tiene una pequeña de tres casi cuatro años, al principio
sentí celos porque dejaría de pasar tiempo conmigo y así fue, pero también ha
compartido conmigo esos momentos y hemos sabido disfrutar de “las pláticas de
grandes” y construir fortalezas contra los monstros.
Pero
también me tocó ver esa angustia de la que estoy segura pasan muchas nuevas
mamas, tener que dividir el tiempo, poner buena cara para poder llegar tarde y
ver a la mariposa en su festival de primavera o poner también buena cara aunque
vaya medio dormida por que tuvo fiebre en la noche, hacer magia con el dinero
para comprarle zapatos, no saber con quién dejarlo por qué está enfermo y en la
guardería no lo reciben, y hasta la angustia de tener un trabajo estable para
darle una vida digna.
Ser
madre no quiere decir que te vuelves un ermitaño y olvidas la vida social, al
contrario, se debe hacer maromas con todo, reír con otras madres y no madres,
eso sí, asumiendo varios roles.
Tomar la decisión de ser madre es el principio del todo, procrearlo es solo una parte.
Ya
el tiempo dirá que rol me tocara asumir, por el momento solo puedo decir que la
admiro a las madres, admiro a mi mamá que sigue formando y siendo un ejemplo
para mis hermanos y para mí y también admiro a las que han decidido no ser madres
pero si las mejores tías o tías adoptivas.
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