Ser madre, no madre y los comentarios del obispo
Hoy las calles se llenan de flores y buenos
deseos a las madres, pienso en la mía que tuvo que irse a trabajar a la misma
hora, en la que espera que el jefe les dé chance de salir temprano para ir a
comer en familia.
Pienso en mi madre, en la que de ser una ama de casa, cuidadora del hogar, educadora de los hijos, y una lista interminable de oficios, ella me enseñó el significado de “empoderar”, que sin importar la edad (si revelo su edad me espera la “chancla”) nunca se es tarde para retomar el camino y sobretodo convertirse en la mujer que ella quiere ser. Aún recuerdo las lágrimas, los silencios, ese odio que sentía cuando la escuchaba culparse por todos los problemas: por ser la mamá la culpa la tenía ella, la recuerdo en la noche simulando irse a dormir para que creyéramos que todo estaba bien, para después levantarse e irse a dormir a la sala.
Pienso en mi madre, en la que de ser una ama de casa, cuidadora del hogar, educadora de los hijos, y una lista interminable de oficios, ella me enseñó el significado de “empoderar”, que sin importar la edad (si revelo su edad me espera la “chancla”) nunca se es tarde para retomar el camino y sobretodo convertirse en la mujer que ella quiere ser. Aún recuerdo las lágrimas, los silencios, ese odio que sentía cuando la escuchaba culparse por todos los problemas: por ser la mamá la culpa la tenía ella, la recuerdo en la noche simulando irse a dormir para que creyéramos que todo estaba bien, para después levantarse e irse a dormir a la sala.
Mi mamá me enseñó que se deben tomar decisiones
en la vida, que se hacen sacrificios, que no importa lo que pase “levanta la
frente y camina derecha” pero sobretodo me enseñó a no quedarme callada.
Hoy puedo decir que en este momento no me veo con
hijos, mi madre ya sabe que probablemente no tenga nietos y acepta mi decisión,
siempre me ha dicho que a mi edad yo ya había llegado a su vida pero que
antes las cosas eran diferentes, ahora es feliz de saber que “nosotras” las
hijas de esa generación de mujeres de “casa o casa” podemos decidir.
Mi madre es una mujer de casa, después de
muchos años tuvo que regresar a trabajar, ya no está en el hogar recibiéndonos con
la comida caliente y la ropa planchada, eso no la hace menos mujer, mis amigas
que ya son madres comparten su vida entre la oficina, una que otra escapadita a
salir y los hijos, otras tantas han hecho de su vida la política y alimentan
bebes mientras van a un mitin, y eso no las hace menos mujeres, otras como yo,
simplemente hemos decidido que el camino de la maternidad no es lo que
queremos.
No todas nacen –o nacemos- con el gen de la
maternidad, como sociedad debemos reconstruir ese imaginario que nos dice que
ser mujer es sinónimo de madre, por qué ser mujer es buscar “ser”.
Finalmente leo las noticias hoy y me encuentro
con una nota muy desagradable, el obispo de Aguascalientes está en contra de la
Norma 046 –eso no me sorprende- lo que me sorprende es:
“Cuando la iglesia celebra el Día de la
Encarnación el presidente no haciendo caso de las firmas, eso es ignorancia, se
ve mala leche (…) el Día de la Encarnación, qué poca madre de veras, si el
presidente es católico, él sabe, recibió el saludo y el abrazo del papa”.
Siguió De la Torre Martín, señalando que Peña Nieto debió
detener la publicación de la norma para otro día menos religioso: “Que le digan
al presidente que la está regando, corríjala, hágala mejor, busque otro día al
menos, si ya de a tiro la va a zurrar, que busque otro día cuando nadie se dé
cuenta”.
Fragmento de Purisima Grilla, La Jornada, 10 de
mayo 2016, http://www.lja.mx/2016/05/la-purisima-grilla-ni-tantita-pena/
Creo que es lamentable que se siga creyendo que
los gobernantes (del nivel que sean) deben trabajar para complacer a un grupo específico,
sus acciones, políticas y declaraciones no deben de agradar a un calendario
religioso o a un obispo, deben de ser lo
justo para una sociedad diversa. Lo que sí creo es que el aborto por
violación debe de darse después de una denuncia por que no podemos permitir que
sigan quedando impunes casos de violaciones y que las estadísticas digan que “no
pasa nada”, “aquí no violan” y sobretodo deben cambiar la manera en que se
realiza la denuncia para que las víctimas no sean re victimizadas, o expuestas.
Las niñas, adolescentes y adultas deben tener el derecho de poder abortar en
caso de una violación y no ser juzgadas por eso. Y sí, si pueden opinar los
representantes de la iglesia, lo que no deben de hacer es creer que su idea
debe ser la voluntad.
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