Esas ganas de etiquetar, 2da parte: luchonas
Antes les decían las madres solteras, abandonadas, hoy son las luchonas, las que se enorgullecen de ser solteras, madres, profesionistas salir de fiesta y educar a los hijos, barrer, lavar, estudiar y etc.
Hoy nos
divertimos con ese personaje de la cultura mexicana, desde Cinemex, hasta a
Jolie, las redes sociales nos recuerdan que es un problema social el alto
número de madres solteras, que están presentes, pero está mal ser una de ellas.
Cuándo leo que
se burlan de algún acontecimiento social y lo comparan con las luchonas, me doy
cuenta que el juego por el poder lo siguen llevando a las altas esferas sociales,
culturales y políticas, creen que ser madre, hacer cientos de actividades y
criar un hijo es solo una pérdida de su territorio y de su poder.
Por qué, no se
preguntan dónde está el padre, por qué se fue, por qué no se quedó a compartir lo “luchón”, no he visto campañas
“busca un luchón y reclámale”, “denuncia al luchón”, ellos pueden decidir si se
van o quedan, para ellos era diversión, el miedo les gano, la salida es fácil,
ellos no deben de cargar 9 meses y una vida un bebe.
Algunas
reflexiones muy interesantes dentro de la crítica a las luchonas:
- Escoger criar un hijo
sola: es sinónimo de crítica, por que la economía hoy en día nos pide que
salgamos trabajar.
- Esta mal salir a
divertirse un rato, seguimos perpetuando el rol: la mujer a lo privado, la
mujer con hijo deja de ser mujer para convertirse en cuidadora de 24x365.
- Decidir criar a un hijo
sola en lugar de un aborto, es crítica, pero si quieren abortar también
es criticado.
El término
“luchona” se ha vuelto un palabra que denigrara a la mujer que toma decisiones
en la vida, probablemente no todas decidieron ser madres solteras, muchas se vieron
obligadas a serlo cuando ellos, las parejas, decidieron abandonar el juego y no
ser parte de esa lucha.
Ser luchona,
es una nueva forma de micromachismo, nos recuerda que la sociedad sigue sin
aceptar que las mujeres decidamos sobre nuestro cuerpo, vida, familia, pero
mucho más importante, que las mujeres decidamos por lo que somos.
Ser madre
significa sacrificios, abandonar sueños y retos, no lo creo, ser madre es
compartir, educar, enseñar, cuidar, ser madre es amar a alguien como tuyo, pero
ser madre jamás ha sido un pretexto para dejar de “ser” mujer, amiga, hermana,
esposa, ser madre no es un pretexto para no salir a bailar, comer y trabajar.
En alguna
ocasión, un hombre me cuestionó y me explicó: si ellas querían ser luchonas,
que lo fueran, pero que no lo estuvieran exhibiendo y recordando cada que
pueden, al contrario, vamos a recordádselos todos los días, por qué para hacer
un bebe se necesita de dos, y ser luchona solo de una.
Probablemente
usted se pregunté amable lectora y lector, ¿cuántos hijos tengo para hablar de
este tema?, no tengo ninguno, porque ha sido mi decisión, pero conozco a esas
mujeres maravillosas.
Ser mujer es
una decisión, ser madre, también, pero ser luchona también es una decisión,
muchas veces ocasionada por el abandono, ahora las y los invito a que dejemos
esa campaña de “luchonas” que solo visibiliza odio.
Me gustan las
mujeres luchonas, las que salen adelante, pero lo más importante las que toman una
decisión, deciden cómo y cuándo.
El tag es lo que me molesta, como en toda etiqueta, sale sobrando. Ser o no luchona no es el problema, sino esas ganas de poner esas etiquetas que a veces no van.
ResponderEliminarBuen artículo y una interesante reflexión Angie, como siempre qué bonito leerte. Saludos
muchas gracias, exacto, y que una etiqueta tiene un trasfondo mucho más profundo que un meme.
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