Ser mujer, política y las cuotas
He pensado mucho
en las sufragistas mexicanas y lo mucho que nos distanciamos de la causa, qué
nos diferencia de aquellas mujeres que dejaron casa, maridos y comodidad, una
palabra: sororidad
Probablemente
esa palabra no era conocida en ese entonces, pero lo que existía era una
hermandad, fue con trabajo en equipo que mujeres de todos los sectores y niveles
se unieron por un objetivo: lograr el reconocimiento y ejercicio pleno de sus
derechos políticos electorales.
Hoy veo con
tristeza como nos hemos separado de esas causas en la política, las mujeres
hemos perdido esa hermandad como un objetivo claro, ahora hemos adoptado
prácticas patriarcales donde su objetivo es llegar, sin importar qué mujer o cómo
beneficiar a más mujeres.
No veo un real
trabajo en equipo y menos una causa.
Una crítica
recurrente de la llegada de las mujeres a la política es esa misma que nos
persigue desde hace 5 años, la cuota de género, diversos discursos, odio,
cuestionamientos.
Los hombres dicen
que las mujeres que lleguen deben de ser las más aptas, las más capaces, una
cuota no sirve, se deben de medir capacidades, disculpen caballeros, pero la
historia de la política y sobretodo de la democracia mexicana fue escrita por
hombres, por qué las mujeres siempre han participado, y sin duda había mujeres
muy aptas y capaces pero entonces años atrás no se preocuparon por medir capacidades,
lo público es político y las mujeres no teníamos espacio, ni voz, ni un curul,
no importaba que tan aptas, capaces y excelentes cuadros fueran.
Y ese espacio
que ahora piden sea por capacidades nunca lo dieron, se tuvo que reformar y
obligar, porque nos demostraron por años que no tenían la voluntad.
Hoy son ellos
los que piden capacidades.
Veo en
publicaciones y portales las críticas
que se hacen a muchas de las que se registran, el uso de sus fotografías, la constante queja de “buscar mejores
perfiles”, ”perfiles mejor reparados”, pero ese trabajo parece no interesarles,
los curso que se dan de empoderamiento terminan siendo cursos motivacionales
donde las participantes no son tomadas en cuenta cuando llega el momento de las
listas.
Entonces vuelvo
a recordar a las sufragistas, probablemente cada una tenía una historia, una ambición
y una meta al conseguir el voto, pero lo que importaba en ese momento era
conseguirlo. Creo que como mujeres hemos perdido ese espíritu, ahora trabajamos
en lo individual y hemos olvidado que si llega una llegamos todas.
Las mujeres sí
luchamos por alcanzar nuestro derecho que nos era negado para ejercer la
participación política, a nosotras nos costo y por esa misma razón deberíamos
participar y exigir que los partidos políticos se tomen por fin en serio la
cuota de género.
No hablamos de
la calidad de tal o cual mujer, no es hablar si tiene las suficientes canicas para
competir, pero tampoco es exigir por ser mujer.
Dejemos atrás
esos eventos donde todas usamos pañuelos rosas y empecemos a exigir, a ser
rebeldes y a enorgullecer a todas esas mujeres que dieron la vida por el
sufragio.
¿Qué podemos
hacer?, mucho, empecemos por ser sororidarias y construir una agenda para las
mujeres.
No es la primera
vez que escribo sobre el tema, pueden consultar otros textos:
El
secuestro de la cuota de género
¿Nos sentimos incluidas? #GeneroMunicipio
¿Por qué luchamos?
Feministas en la administración pública, ¿es posible?
Resultados de #GeneroMunicipio
Las electas
El valor del voto femenino a 63 años
Las mujeres en la política, el rumbo del 2017
¿Nos sentimos incluidas? #GeneroMunicipio
¿Por qué luchamos?
Feministas en la administración pública, ¿es posible?
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Las electas
El valor del voto femenino a 63 años
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