Quemando agresores
El movimiento feminista se ha apropiado de las redes sociales, no sólo para la difusión de contenido, eventos, campañas e información sino también como una forma de denunciar a los agresores, el “quemarlos” se ha vuelto la respuesta a un sistema de justicia tardado, cansado, injusto, revictimizante.
En un
país donde tarda más en llegar la justica que en cometerse la agresión la
viralización de algo o alguien en las redes sociales se ha convertido en la
respuesta.
La
herencia del quemar viene del escrache, las madres de la Plaza de Mayo lo
utilizaban para exponer a los miembros de la dictadura beneficiados de la
impunidad y con la llegada de las redes sociales lo privado se volvió público.
Si bien podemos
debatir si Internet y las redes sociales son privadas o públicas sí creo que
las acciones privadas tienen consecuencias públicas.
Durante años los hombres han compartido, enviado, publicado fotos en internet donde sus ex parejas salen desnudas o semi desnudas para exponerlas y desprestigiarlas justo porque el cuerpo femenino sigue siendo objetivo de estigma, recato y pudor que la sociedad exige sea privado. Si ellos nos exponen “nos queman” entonces ¿por qué no hacer lo mismo?
Lo
vimos primero con el movimiento Mi Primer Acoso años después el
movimiento Me Too nos recordó esa
práctica, usar nuestra voz para contar nuestras historias ya sea poniendo el
cuerpo y el nombre pero también desde el anonimato ¿Cuántas historias no leemos
día con día donde mujeres de todas edades cuentan su historia de acoso, violencia, violaciones?
¿Cómo
llegamos a esto?, resultado de una justica que nunca llega de protocolos contra
la violencia y acoso obsoletos o que son letra muerta, si ellos nos exponen
vamos a exponerlos y que “ninguna chica
pase por lo mismo que pasé yo”
Ojo, a las chicas que llegan conmigo para esta
práctica también les digo que denuncien que
el silencio no debe ser justicia,
muchas ya lo han hecho pero también han sido víctimas de la violencia
institucional, de la revictimización y de una sociedad que no les cree.
Quemarlos
no es copiar, pegar y publicar, la acción no puede ser tomada a la ligera,
necesitamos contar una historia pero también y más importante recordar que hay
una vida que está confiando en nosotras y por eso mismo la víctima debe ser primero
y lo más importante para nosotras.
¿Qué debemos tomar en cuenta?
-Respetar si quiere anonimato.
-Revisar la historia, eliminar aquellos
detalles que pueden decir quien cuenta la historia.
-Si se acompaña de foto y nombre del agresor
taparle los ojos y “anonimizar” el nombre, para esto podemos usar una foto
donde se pueda distinguir que es él y
tapar lo mínimo los ojos. Esto para cuidar que no demande el por
exponerlo, difamarlo o generar daños a su integridad.
-Mencionarle las consecuencias,
lamentablemente existen. Amigos o el
mismo agresor que envíen mensajes reprochando el publicar la historia,
amenazas, etc
El objetivo
no es desalentarla denuncia en redes al contrario, entre mejor se conozca el proceso
más seguridad tendremos que será viral.
Debemos jugar
también con las normas comunitarias de las redes sociales –ya hemos comentado
lo machistas que pueden ser- al conocer las reglas del juego sabremos como
jugar con esas mismas reglas, tapando partes íntimas, ojos, rostros de terceras
personas que salgan en las fotos con el
fin de no darle elementos para que el contenido sea eliminado.
El jueves
17 platicamos amigas activistas, comunicadoras y periodistas sobre este tema en
un evento organizado por Artículo 19 y Cultivando Género pueden verlo en:
Webinar 6:
Denuncia y remoción de contenido sobre violencia de género en redes sociales
Justo un
día después alumnas de preparatoria crearon cuentas de instagram para quemar agresores. Las cuentas fueron
eliminadas al día siguiente, pero la “quema” se
hizo las capturas de pantalla de la violencia que cometieron y la
exposición ya fue hecha, ahora ellos dicen que son víctimas, inocentes. Duele
más ser expuesto porque Internet difícilmente olvida y así mismo deberíamos
recordar nosotras que nuestra voz tiene ese poder para ayudarnos a sanar.
Si ellos
usan las redes sociales y el anonimato para enviar fotos de penes nosotras podemos hacer una denuncia anónima.
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