Pedir ayuda, mi red
Hace algunas semanas me preguntaron
cómo le hacía para lograr organizar todo y hacer todo, la verdad es que podría
lucir como una experta a la Marie Kondo de la organización del tiempo y decir
unas cuantas palabras para lucir importante pero la verdad es que lo que soy se
lo debo a mi red de apoyo.
Yo soy yo porque tengo
una red de apoyo que me salva, me apoya, me recuerda que debo comer, pero
también se reparte conmigo las tareas domésticas, los proyectos y también
hacemos circo, maroma y teatro para lograr acomodar agendas y tener
autocuidado.
No, no es fácil y también
implica un montón herramientas y errores en el camino.
Me he da cuenta de todas
las personas que directa o indirectamente aportan a mi cuidado y también del
enorme privilegio que implica poder tener esas redes, ya sea por los lazos y
relaciones que se han ido construyendo con el tiempo, pero también el ingreso económico
para poder pagar por otros servicios.
Pero también implica
dejarse ayudar, que difícil es decir “hoy no puedo”, “me ayudas”, “necesito
ayuda en esto”, y es aún más difícil decir reconocer que se está cansada.
¿Por qué les hablo de
esto?, porque justamente el saber que hay días que no lo podemos todo es lo que
nos lleva a dejarnos ayudar.
Y esto responde a varios
motivos, primero a un control de producir y producir, para el mercado quien está
detenido sin hacer algo no produce por lo tanto no le sirve al sistema que
siempre nos quiere ver ocupadas, pero también se ha vuelto un intercambio,
querías derechos entonces romper un techo implica que debes cargar con lo ya
establecido más lo nuevo, eso que tanto decimos que las mujeres hacemos varios
roles y ahora aspiramos a la corresponsabilidad.
Han sido tantas las voces
que nos han juzgado, seguramente más de una recuerda esas frases de “pero querías
derechos, pues friégale”, “querías ganar tu propio dinero, eso cuesta”
Entonces pedir apoyo es
un escándalo por que entre más multitareas-multifunciones- seamos es más sexy
para el sistema de producción en el que se ha convertido la vida y en el que
nos exigen seamos para ser.
A mí me costó trabajo ceder
y pedir ayuda, reconocer que no lo puedo todo pero mi red de apoyo ha estado y
con paciencia y poco a poco vamos construyendo una realidad más amable para
nosotras, amorosa en nuestros tiempos y de cuidado.
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