Educación sexual y uniformes, dilemas del feminismo IV

Si pudiera regresar al pasado buscaría a mi yo de 13 años que iba a la biblioteca en el recreo para explicarle muchas cosas que en ese momento era incapaz de entender, le diría que en unos años me gustaría mi  cuerpo, mi cabello y que no me preocupara si hoy a ningún chico le gustaba, eso me daría la  oportunidad de estudiar mucho más pero sobretodo le diría que todo estaría bien.
No sé ustedes pero a esa edad todo parece ir mal, tal vez hace 15 años no era  tan rápido y  fácil acceder a información y las respuestas tenían que ser consultadas con profesores, amistades y con mamá y papá –si querían hablar del tema- hoy todo es distinto.
He contado en varias ocasiones como aprendí de sexualidad en el Colegio, el quinto año de primaria la Directora envió a los padres de familia (padres, no madres) una carta donde les explicaban que íbamos a ver esos temas según la programación de la maestra por lo que solicitaba su autorización para que fuera la maestra quien nos enseñara esos  temas, la carta debía ir firmada y en el sobre, y lo íbamos a entregar al día siguiente.
Obviamente todas teníamos la curiosidad qué pasaría después del receso en esa clase misteriosa, primero llegó la Directora una monja  o madre religiosa que nos puso a rezar y nos  explicó que nuestro cuerpo era instrumento de dios, después sacaron a los niños y a nosotras nos explicaron el ciclo menstrual, la maestra que era una laica rebelde para su tiempo llevó una toalla sanitaria enorme y nos explicó cómo se usaba al concluir le hablaron a los niños y la clase continuó.
Entendí hasta los 13  o 14 años que hacer el amor, tener sexo, coito, relaciones sexuales eran lo mismo pero no solo lo entendí el concepto, si no que me explicaron la acción hasta esa edad.
A esa edad pude ser violada y no saber que me había pasado. Y no, no es exageración de mi  parte pero en un México donde violan, secuestran y asesinan a niñas y mujeres todos los días, la información debería ser poder.
Cada familia es libre de tener ideas y principios pero  ¿estos deben de privilegiar la educación sexual libre de tabús, científica e informada?
A qué vienen estas líneas a qué preferiría que  la sociedad criticará menos los libros de texto gratuito que no enseñan nada y permitieran que las niñas y niños de  México recibieran una educación adecuada en temas de sexualidad a una llena de tabús, misterios y “temas que no son para niños”
Pero no solo hablamos de educación sexual, hablamos de como imponemos patrones, hace unas semanas e#Aguascalientes las compañeras del Observatorio de Violencia Social y de Género de Aguascalientes pidieron que los uniformes que regala el gobierno –el gobierno  del estado de Aguascalientes tiene la obligación  de  regalar uniformes a alumnas y alumnos de educación  básica- no sea sexista.
En un programa  de radio el conductor no entendía porque solicitaban eso y creía que era muy exagerado, la audiencia respondía "las niñas con falda tan chiquitas provocan a los niños".
Hablamos de uniformes neutros que permitan a la juventud desarrollar su identidad. 
Esa propuesta busca/permite que cada quien decida qué usar, que sea un derecho no obliga a las personas a ponerle falda a sus hijos hombres, como tampoco obliga a las niñas a usar falda, lo que se busca es que se garantice que las diferencias no sean castigadas.
Cada  madre y padre de familia tiene el derecho de  educar a sus hijas e hijos como quieran, pero debería de ser una educación libre de estereotipos, no dudo que la educación que me dieron en casa fuera buena, lo que sí creo es que había información que  necesitaba conocer como  mujer y que no se me dio por falta de información o porque no sabían cómo darme esa información.

La educación sexual y los uniformes se parecen mucho, creer y confiar en la educación que han inculcado a las y los hijos debería ser garantía y confianza de sus decisiones. 

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