Machista de closet
Marcela Lagarde
dice en la conferencia
de Sororidad que dio la semana pasada organizada por REMUFEVER que ha visto como otras mujeres firman como ella,
escribiendo “con sororidad” pero que no son sororas.
La sororidad es
una ética, una alianza política entre mujeres que tiene como fin el
reconocimiento de las diferencias y entre esas diferencias también surgen las
semejanzas para hacer alianzas. Es reconocernos diversas y al reconocernos
diversas, diferentes es que podemos entender las aristas del reconocimiento de
los derechos de las mujeres.
Pero la Sororidad
no es un apapacho y mucho menos es una estrellita que te coloca la maestra por
hacer algo bien peo tampoco se puede vivir como una feminista de calle machista
de closet.
La semana pasada
di una charla a alumnas de preparatoria y al hablar de sororidad siempre –casi siempre-
surge la pregunta de ¿Por qué entre mujeres nos criticamos o somos las primeras
en juzgarnos? La respuesta es sencilla, es que ser mujer y reconocerte
feminista no desaparece el machismo.
Es correcto, las
feministas también somos machistas.
Entre lo mucho
que platicamos fue que no teníamos que avergonzarnos de reconocernos machistas,
al contrario el reconocer que somos machistas es el primer paso para ser
mujeres y feministas.
¿Por qué? Al tener
una visión crítica de la construcción patriarcal que hemos vivido, aprendido,
donde hemos crecido y existido es que podemos reaprender. Y no, no nos debe dar
vergüenza por que nosotras y todas las generaciones que nos han antecedido
crecieron en esas mismas circunstancias.
Nos cuestionamos
dice Lagarde las normas patriarcales que tenemos entre nosotras. Y esas normas
son lo que podemos decir “es normal hacer tal o cual cosa, criticar, juzgar a
otras”
¿Cómo le hacemos
para identificar nuestro machismo?, les invito a hacer el siguiente ejercicio
al terminar su jornada piensen cuales son las acciones, normas, conductas que
hacen y que lastiman a otras mujeres y que no les gusta o gustaría que a
ustedes se las hicieran.
Es decir cuáles
son las normas machista que tienen. Aprendidas, socializadas y normalizadas.
Si yo también
soy machista pero al reconocerme es que poco a poco he descubierto más de la
mujer que quiero ser y como quiero ser feminista.
Ahora, ya lo
identifique ¿qué sigue? Cuestionarnos, juntarnos, volver a aprender, no es un
trabajo rápido a veces se vuelve un videojuego: avanzas un nivel pero tienes
que desbloquear otros.
Eso sí, al
entrar al feminismo nuestra obligación es cuestionarnos el machismo personal y
aprender. Las más jóvenes tenemos una obligación: conocer al trabajo que han
hecho otras mujeres, conocer la “lucha” feminista y conocernos.
Reflexión final
Siempre aprendo
algo nuevo escuchando a Marcela que sigue reinventando y reflexionando la
sororidad, su propuesta de eliminar lo bélico, machista y homófobo de los
discursos será mi siguiente apuesta feminista.
También les
invito a nombrarnos, sino somos nosotras nadie nos va a nombrar.
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