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Mostrando entradas de diciembre, 2021

Un brindis

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  Hoy brindo por todas, este año ha sido terrible, perfecto, gracioso, amoroso, sorprendente, mágico, he llorado, amado, reído y me perdí, me encontré y me volví a abrazar. Hoy brindo por todas, estamos vivas, estamos juntas pesé a ideas románticas de sororidad o malinterpretaciones de la enemistad femenina. En un 2021 que parecía eterno, donde la incertidumbre nos atravesó muchas veces, la angustia por un futuro incierto y los reencuentros que estuvimos aguardando por meses. En el 2021 nos volvimos a abrazar, nos reencontramos y por un momento los meses anteriores nos parecían un sueño o una pesadilla. Volvimos a recorrer las calles, carreteras y cielos, había olvidado lo que significaba hacer maleta y emprender una aventura, las primeras veces nos volvían a saber a eso, a una primera vez. El 2021 también fue de muchas lágrimas, de amistades que se fueron, de proyectos que se quedaron en ideas, de reconciliaciones que no se lograron, de palabras que dolieron hasta el alma y mi

Miedo

  Le dije que tenía miedo, llegué preguntando sobre las relaciones y se me hizo un nudo en la garganta. Me es difícil dejar mi historia, pienso en mí y en mí historia, mi familia, aprendimos a simular aparente paz, la realidad es que no éramos felices. Desde ahí ¿Cómo construyes pensándote con la otra persona? Miedo, incertidumbre, compromiso, prejuicios, vínculos. El miedo me hizo llorar esa tarde, se lo dije, en mi mente no quería volver a verme como ese abril, acuclillada en la esquina en estado de shock, los siguientes meses la experiencia de lo aprendido me ayudó a ser la mejor actriz, no me pasaba nada, por dentro estaba destruida. ¿Cómo construyes desde ese miedo? Te das cuenta, me dijo, has formulado tus expectativas en negativo, no es que estés mal, es algo aprendido, pero fíjate como aún no pasa y ya estas predisponiendo. ¿Y si vives? Armazón, caparazón, armadura, profesión, seguridad, defensa. Protección… eso era lo que buscaba, protegerme, ¡claro! Por qué es

Cinco escenas, una pausa.

  Primera escena Extrañaba pasar mis dedos sobre las teclas mientras la pantalla brilla y la lista de música se reproduce, recuerdo que desde muy joven las palabras han fluido, he tenido mis momentos de mayor o menor creatividad, encontrar un rincón para expresar y otras tantas para desatorar lo atorado. Había ocasiones donde la noche fue mi mejor aliada, otras al no tener un “cuarto propio” (claro, ya cuestioné el cuarto propio como privilegio para la creación) me resguardaba en un rincón dentro del baño de mi habitación, era el lugar más callado en aquellas noches de euforia familiar. Hace un mes dejé de escribir para mí y dejé de compartir para ustedes, me saturé. Me saturé, no sólo por una agenda con muchas actividades, sino porque era mucha la información que tenía en mi cabeza, mucho lo que sentía en mi corazón. Pausa.   Segunda escena Y entonces me vi, caminando despreocupada un sábado a mediodía en pantalón deportivo y chamarra de mezclilla, con la cara lavada