Menos femenina más machorra o menos hombre más machista

Por Angélica Contreras

La pregunta es sencilla ¿Qué es lo que quieren los hombres?, pero también ellos se preguntan ¿qué $%&!¡? es lo que quieren las mujeres.
¿Alguien conoce la respuesta?, yo creo que difícilmente podríamos responder a ella, pero de lo que si estoy segura es que al menos sabemos que nosotras y ellos nos comportamos de una o tal manera porque así somos y nos viene de instinto, sí de ese mismo instinto para sobrevivir.
El contexto de mi trabajo me ha dado la ventaja o desventaja de interactuar mucho con hombres, mis compañeros de oficina y hasta de actividades extras son en su mayoría del género masculino, lo que me ha dado la oportunidad de escuchar sus pláticas “entre hombres” o sus deslices.
ELLOS se quejan de lo mucho que tardamos en arreglarnos “tardo 5 minutos (salimos 30 minutos después)”, no decidimos rápidamente “¿Qué quieres comer?, mmm, no sé”, o cambiamos de opinión muy rápido “mejor vamos a comer hamburguesas en lugar de tacos, o no, sabes que mejor vamos por burritos”, gastamos mucho en ropa, zapatos, bolsas y nunca tenemos nada que ponernos, hablamos de más y en nuestros temas de conversación siempre está la familia, el trabajo y las amigas, nunca les preguntamos qué quieren hacer, a dónde quieren ir, qué quieren de comer o beber.
Y claro ELLAS, siempre criticamos que se comportan como unos niños, que nunca nos escuchan y si lo hacen o creemos que lo están haciendo nos ignoran, hablan poco, nunca quieren salir de fiesta o acompañarnos a algún evento, son codos (tacaños), son desorganizados, tienen muchas amigas, y una  que otra lo critican “todo”.
Y ahora hablo como mujer consiente de las necesidades de ambos, nuestra naturaleza como mujeres nos hace difíciles, complicadas y como dirían muchos hasta raras, pero así somos. No es por defender a los hombres, pero en verdad se preocupan mucho porque no nos entienden, por no comprender que es lo que en verdad queremos, pensamos que nos explicamos o intuimos que tratamos de decir.
Y ustedes chicos, porque también lo he escuchado, siempre creen que su mujer perfecta será la voluptuosa sex symbol y cuando tienen a una mujer que no cumple con esas cualidades pero que tiene muchísimas más se encargan de platicar que sus sueño “guajiros” con los amigos hablando de lo que quisieran y no de lo que tienen, claro también están los que con pareja andan de coquetos, o se les van los ojos en la calle cuando pasa una chica con tal o cual característica, y claro no olvidemos a los que literal ignoran todo lo que dice su pareja, sea de tema que sea se encargan de ignorarla.
Es bien sabido que la mujer madura física e intelectualmente antes que los hombres, por lo que eso también influye, cuantas veces no hemos dicho o han escuchado “quiero a un hombre y no a un niño”, “no vine a cuidad bebes”, “me tratas como mi madre”, y es de lo más natural porque nosotras queremos a alguien que nos aconseje, proteja y ellos no quieren que los estén regañando, para eso tienen a sus madres.
Sí ya lo sabemos, mujeres y hombres somos iguales, pero la verdad somos muy diferentes, cada uno tiene su propia manera de ver el mundo, tiene necesidades muy particulares que debemos empatar para convivir y para llevar una vida en pareja lo más sana.
Pero para eso también debemos preguntar y platicar como queremos que nos traten o ser tratados, yo desde un principio pongo las reglas claras y no es que sea la dictadura perfecta, pero ante todo una buena comunicación. Un ejemplo es la dinámica en la oficina, recibir un mismo trato aunque sea la única mujer, una misma cantidad de trabajo-sueldo, pueden hablar de lo que quieran o decir la cantidad de groserías que quieran –no se me van a quemar los oídos-, si están cargando, llevando o metiendo objetos pesados o el simple hecho de acomodar sillas, también háganme participe – por eso llevo zapatillas de piso al trabajo- y así varias cosas.
Que un hombre sea caballeroso no implica que sea coqueto o que busque algo y que lo sea no quiere decir que tergiverse nuestra feminidad o sea un macho empedernido, al contrario debemos agradecer que aun tengan esos detalles.
El instinto del hombres es el cazador que buscaba-atrapaba a su presa, observen a los hombres, están haciendo eso “observar” -claro algunos se pasan de tímidos y otros de espontáneos-, pero así son, no vayamos y les demos todo en charola de plata, dejemos que conquisten, que hagan su esfuerzo y también recordemos que la lucha de la mujer por ganar espacio los ha menospreciado mucho, estigmatizando a todos los hombres como machos, dejemos que nos abran la puerta, que carguen el garrafón de agua, su instinto es ser proveedor, sé que es difícil, pero al darle su espacio ellos también nos darán el nuestro.
Y nosotras, somos las protectoras que hacemos exactamente eso, cuidar-proteger-esperar, hoy en día sé que es difícil que esperemos porque nos desesperamos y vamos por todo, pero nos preocupamos por todo –a qué hora llega a casa, ya comió, tienen problemas en el trabajo- y claro nos gusta tener el absoluto control de cada segundo, pensemos en ellos por un minuto y vean lo limitado que es la vida para ellos, ellos son el objeto de crítica por sus acciones machistas, las oportunidades políticas/laborales/sociales son para las mujeres y jóvenes, tener que llegar a casa y seguir con ese discurso, ¡no!.
Para ambos no quiero decir que tengan que ser sumisos en su casa o relación, lo que quiero es que ambos comprendan que es natural ser así, pero todo se puede solucionar con comunicación.
Lo que ambos queremos al final es que nos quieran y sobretodo ser nosotros mismos y sobretodo no reprimir esos instintos que al final eso son, un instinto.

Pueden leerlo también en: Revista Quintaesencia 
@AngieConter

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