Feliz cumpleaños a mi



Cumplir un año más de vida no me hace más vieja, más madura, sabia o conocedora, cumplir un año más de vida me hace ser más yo.

Llegue a la edad en la que debo preguntar a los chicos con los que salgo si están solteros, divorciados, viudos o en qué clase de relación se encuentran –después les platicaré dos anécdotas sobre “los casados”-, en caso de que respondan que son solteros, preguntar la edad, luego los menores de 20 se ven muy grandes.

A partir de hoy siempre seré un año más grande, probablemente no soy una adulta, pero tampoco soy tan joven como hace unos años, estoy entrando a la crítica edad de ser chavoruca y preferir los viernes por la noche ver una película que ir de fiesta, y también a la crítica edad en donde debo revisar la edad límite de las convocatorios/concursos para jóvenes antes de postular.

Hace un año decía que buscaría canas y arrugas –ya las encontré-, y sí, ahora tengo que programar mis citas con el estilista para “el retoque”, uso una que otra crema para disimular manchas, sin duda este último año las ojeras me pasaron cara la cuenta y bajar esos kilitos requirió más –mucho más- que matarme de hambre.

Llegue a una edad con tarjeta de crédito, membrecía en el gimnasio, cursos y una segunda carrera –estudio más que cuando estaba en la universidad-, como diría un conocido “las personas se ponen a estudiar una segunda carrera cuando ya se sienten “quedadas”, llego a esa edad donde debo apuntar todo y hacemos planes con amigos, familia y etc. a partir de la agenda, “deja reviso mi agenda y te aviso”.
No tengo el pez que quería desde el año pasado, creo que sigue en la lista de “cosas que debo de aprender a hacer” o espero algún día madurar lo suficiente para aprender a cuidar un pez.

También estoy en esa edad en la que a algunos les llega la madurez y  las y los conocidos se casan (perdí la cuenta de las bodas de este año), bebes nacen por lo que baby showers, visita, bautizo y eso implica fiestas de cumpleaños, amigas se mudan y otras siguen esperando que llegue el indicado. Sin duda, estoy en la edad en la que ya no creo en que un día llegue un príncipe azul dispuesto a pagar mis deudas, creo que lo importante es aprender a ser feliz, quererme, saber estar conmigo para entonces poder compartir esa felicidad con alguien.

Estoy en la edad perfecta, caminando feliz, aventurándome, viajando, comiendo, bebiendo, disfrutando, bailando y sobretodo sonriendo. 

Probablemente estimado lector y lectora crea que todo lo anterior fue una serie de quejas por llegar a un año más de vida y al anheló de la juventud que poco a poco se va quedando atrás, pero no, sorpresivamente no, he descubierto, a partir de las canas, arrugas y esos kilitos de más, que no quiero ver mi pasado lamentando no haber hecho, disfrutado, vivido experiencias y saboreado.


Y como el cielo no es el límite despedí los 25 saltando en paracaídas y tomando el sol, dándole sabor a la vida en compañía de seres queridos y con pastel.

Gracias 25 por los amigxs, las aventuras, experiencias y la vida, un año más de vida, Bienvenida!




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