Calderón Vs Sicilia

Esta semana han sucedido cosas muy polémicas y mediáticas, temas que se hablaran por mucho tiempo y que se recordaran con tristeza, anhelo, sueño o alegría.



Disfrute como nunca ver el debate (creo que lo podemos llamar debate) en el que por primera vez (al menos en mi raciocinio) un presidente se sentó a la mesa con ciudadanos a dialogar, pero no solo ha escuchar las quejas sino a cuestionarlas, debatirlas, defenderse, esquivar y ser golpeado con las razones que unieron a todos los integrantes de la Marcha de la Paz y la Justicia.
No puedo decir que hay un ganador o un perdedor, decir que alguien perdió es decir que la voz del pueblo perdió que el voto, la confianza perdió.
En uno de los momentos más espectaculares del debate, el presidente Felipe calderón dijo:
“¿Había que actuar o había que pretender que el problema no existía? La respuesta la encuentro en los versos de Brecht que parafraseó Javier: Un día vinieron por los comunistas y no dije nada; otro día por los judíos y tampoco dije nada; un día llegaron por mí y no tuve qué decir. Cuando vinieron por los primeros hubo quien no dijo ni hizo nada. En cuanto estuvo en mis manos actué, con aciertos y errores, pero actué”.

Sobretodo me encantó esa parte de “¿Había que actuar o había que pretender que el problema no existía?, en mi sincera opinión, durante los sexenios pasados todos, absolutamente todos hicieron caso omiso a este problema, motivos, cada quien los tendrá, particulares o públicos, pero fue un problema que se convirtió en un falso motor.
Como padre de familia, como mexicano y como Presidente de la República, me duele profundamente este dolor de México. Me duele el de la violencia, el dolor que causan los criminales porque causa el gobierno y el cualquier gobierno con acciones y omisiones y que también haya causado. Sé que quienes afirman que la violencia que hoy vive México ha sido generada por el Estado. Que todo es culpa, como usted ha dicho, de que el Presidente decidió lanzar al Ejército a las calles a esta guerra absurda, que se asume en consecuencia que la solución es: detener esta guerra.
Sinceramente Javier pienso en este punto, que la premisa esta equivocada y que por tanto, la conclusión a la que se llega también esta equivocada. ¿Será cierto que todo es culpa del gobierno?
¿Qué no tendrá nada que ver los criminales que los levantaron, los que los torturaron, los que los asesinaron, los que aún esconden a los nuestros?; ¿Acaso no cuenta en la violencia la realidad abrumadora del crecimiento del crimen organizado en el país?; ¿No dicen nada los pueblos asustados que usted encontró en su camino?; ¿No le dijeron en Zacatecas nada acerca de los Zetas?; ¿No le dijeron en Durango nada acerca de la gente del "Chapo"?; ¿No le platicaron en Torreón las familias angustiadas de como secuestran a los suyos?; ¿No dice nada la violencia inhumana, bestial con la que actúan estos homicidas?



Yo no le llamaría una guerra, una guerra en donde se enfrentan dos naciones diferentes, pero enfrentarnos entre iguales, pero si lo llamaría una lucha, lucha en la que se quiere enfrentar a todos aquellos que han causado la desgracia a cientos de familias.


La voz del escritor Javier Sicilia resonó como nunca:
“No le pedimos que deje de hacer lo que tiene que hacer, sino que cambie esa forma de hacer las cosas”
El Estado mexicano está fallando en su obligación de proteger a su gente y defender sus derechos, por eso, señor Presidente en su función de estado ustedes son corresponsables junto con los gobiernos de los estados de 40 mil muertos, miles de desaparecidos y miles de huérfanos, es decir, son corresponsables, independientemente de los criminales, del dolor, de la muerte y del sufrimiento de miles de familias en nuestro país.
Calderón respondió:
Estoy de acuerdo en que hay que detener esta violencia. Pero hay que detenerla sin que eso implique claudicar y dejar el país y a sus comunidades más indefensas y más pobres en manos de criminales.
Hay que terminar esa violencia sin callar precisamente como muchos en el país, por miedo o por corrupción, en la indolencia y en la franca complicidad. Francamente no es para mi eso.
Gómez Leyva en su publicación del periódico La crónica al día siguiente expreso: Sicilia quería decirle a Calderón que la guerra contra el crimen es atroz y sin sentido; Calderón a Sicilia que, así sea con piedras, seguirá combatiendo a los criminales
En uno de los momentos clave fue cuando, pausado pero sin pausa, Sicilia dijo:
En su calidad de representante del Estado, señor Presidente, está obligado a pedir perdón a la nación, en particular a las víctimas.
A lo que le respondió: Coincido en que debemos pedir perdón por no proteger la vida de las víctimas, pero no por haber actuado contra los criminales; eso, definitivamente es un error. En eso, Javier, estás equivocado.

No puedo olvidar las lágrimas y la voz entrecortada de María Elena Herrera:
Por eso hoy venimos aquí a exigir a usted y a todos los políticos que hagan su trabajo, les exigimos la presentación inmediata de nuestros familiares desaparecidos y que promueva con todos los poderes del Estado el castigo a los culpables, sean estos políticos, policías, militares, agentes de migración o miembros del crimen organizado.
Dada la emergencia nacional le exigimos que la tarea principal de los policías este enfocada a garantizar la seguridad de la población, respaldando los derechos humanos de los mexicanos y de todos los seres humanos que se encuentran en este territorio nacional.



No fue una lucha de ver quien tiene el mejor discurso o la mejor coartada, es el resultado a casi 5 años de trabajo, un dialogo, en donde ambas caras de la moneda ganaron.
Al día siguiente del debate, periódicos, redes sociales, en fin, todos se preguntaban quien fue el vencedor, si abría resultados positivos o negativos después de este encuentro.
El resultado, creo yo, como en toda política pública se ve en sus obras, no podemos dejar que la violencia entre a nuestro querido México, se debe luchar, y si esta lucha saco los trapos sucios de las policías, ministeriales, etc, mejor ahora que después cuando estemos en una verdadera guerra.

Hay que terminar esa violencia sin callar precisamente como muchos en el país, por miedo o por corrupción, en la indolencia y en la franca complicidad. FCH

Comentarios

  1. No tener miedo es el primer paso que debemos dar para salir de este bache en el que estamos metidos aki, ojalá lo logremos.


    Un beso.

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  2. Yo opino que en el pròximo sexenio la gente o volverà a votar x el PRI o le cambia al PRD, y ya no màs PAN.

    Y si, es triste la violencia, repulsiva y concuerdo con la MaLquEridA en que no tener miedo es el primer paso... aunque, ahora que lo pienso, creo que sin miedo, pelearemos y se va a armar un desmadre es nuestro queridìsimo Mèxico.

    (Y... "¡Que viva Mèxico CABRONES"!!!

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  3. Hola:
    Como dices no se trata de una guerra sino de una lucha, los indices de violencia son grandes y no se trta de ignorar sino de actuar...

    Saludos..

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  4. He leido esta entrada dos veces, para mi de lo mejor que as escrito, me ayuda a conocer vuestra realidad mejor.
    Tener miedo es de persona inteligente, superarlo por una causa justa es de inteligente y de valiente.
    Os admiro en vuestra lucha y vosotros como periodistas teneis una gran arma en vuestras manos, te estimo en la distancia, un beso.

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