Ser juzgada en tiempos de redes sociales.



Para que la semana no fuera aburrida, apareció un vídeo de una despedida de soltera en un bar llamado Coralina donde la novia besaba  un hombre, el problema fue que el hombre no era el prometido.
#LadyCoralina se apodero de las redes, no hubo boda, pero si una crítica social, en minutos la red se inundó de mensajes donde Emma (ese es su nombre real) era un cualquiera, puta, golfa, su moral, virginidad, sus valores, todo está en duda.
La acción no es buena, el engaño dentro de una relación de pareja tarde o temprano te va a costar, por #LadyCoralina ahora van a dudar de toda novia que vaya a  la playa a celebrar su despedida de soltera.

Emma es un ejemplo de lo que se supone que la sociedad y el imaginario cultural siguen esperando de las mujeres.

O, apoco creen que si el vídeo hubiera mostrado a un novio besando a una desconocida en su despedida de soltero, ¿se hubiera hecho la misma crítica?, claro que no, porque las películas, series y una supuesta realidad nos muestra que los hombres a sus despedidas de solteros se van a un table dance a pagarle a mujeres para que le bailen al novio, porque los amigos pagan a que una sexy policía llegue a la casa y espose al novio, porque el hombre sí puede y lo merece por que será la última vez que va a poder disfrutar de la soltería antes de “entregarse por completo” a una sola mujer.

Y esas mismas películas nos dicen que las mujeres en sus despedidas asisten a un desayuno con mujeres elegantes, de guantes, bocadillos, con música tranquila donde toman té, café, intercambian regalos, consejos y todas se ven perfectas y preciosas.
No se rían, eso es lo que se espera de una y otra despedida, claramente existen casos muy diferentes donde los novios no hacen despedida, o hacen despedidas mixtas, pero es una realidad que se ha propagado y que se cree es lo ideal.

Cuantos casos como Lady Coralina no han de repetirse cada fin de semana y finalmente triunfa “la ignorancia es felicidad”, aquí por alguna razón que hasta el momento desconozco, una “desconocida” grabó y compartió en redes el vídeo, y fue cuando todos sintieron la necesidad de juzgarla, ¿qué hubiera pasado si nunca hubiera salido ese vídeo?, sería entonces un tema entre ellos y punto final.

Hoy en día, que algo este en redes es sinónimo de “todos pueden ser verdugos”, cuando algo se sube a redes sociales se vuelve del dominio público, existe un comportamiento muy interesante por parte de generaciones más jóvenes: todo graban, comparten y no existe una reflexión de ¿qué es lo que comparto?, existe una clara diferencia entre lo público, lo privado, viral y ser tendencia nacional.
Repito, la acción de Lady Carolina no fue buena, podemos ver en el vídeo que la chica estaba enfiestada y hasta podría atreverme  decir que ebria, ¿cuántos casos de abuso sexual  no se dan con jovencitas que están alcoholizas y ni enteradas de lo que paso?, ¿eso no les preocupa?
Y finalmente nos tienen aquí hablando, debatiendo y escribiendo de estos temas, cuando podríamos usar este espacio y el de muchos medios para hablar de todas las mujeres desaparecidas, de las que encuentran asesinadas, violadas, de aquellas olvidadas, de mujeres víctimas de violencia en el hogar, laboral, acoso sexual o digital, pero una joven besando a un hombre es noticia nacional (internacional lo encontré la nota en un portal de Perú).

De las mujeres se espera cierta conducta intachable, un comportamiento ejemplar que debe seguirse al pie de la letra, el caso de #LadyCoralina es un ejemplo de la virginidad, pureza y moral intachable que las mujeres mexicanas debemos de tener y si no lo cumplimos dejamos de ser mujeres dignas.


Y es que finalmente cualquier acción es cuestionada, la separación luego de años de matrimonio de dos grandes del cine de Hollywood, Angelina Jolie y Brad Pitt.

La causa: una posible infidelidad, abuso de drogas, y muchos chismes, el tema no quedo ahí, internet se volcó en una crítica y debate, los memes no se hicieron esperar: una imagen sexy de Brad que decía “no importa que me engañe, todo se le disculpa a Brad”, imágenes de Aniston burlándose y disfrutando el “karma”, fotos comparando a Angelina y a Marion, una foto de Angelina con sus 6 hijos “pide el divorcio, la custodia y no quiere manutención, la abeja reina de las mamás luchonas”, que Angelina debería disculparlo “es Brad”, que si Marion se debe cuidar porque todos los fans Brangelina estaban molestos, “que le veía” a Marion y podría seguir con la lista.
A todo esto, ¿Y Brad?.
En ningún momento al menos en las primeras horas de la euforia del chisme digital, nadie se le ocurrió pensar en Brad, a él no lo juzgaron, el pleito fue Aniston-Angelina-Marion, y es él, el hombre por el que todas mueren y ese hombre todo lo puede porque es guapo, famoso, rico y tal parece que es su deber.

Hace poco, veía también en redes que la modelo Gigi golpeo a un hombre que la cargó, no lo conocía, ella se defendió, fue juzgada por que “no es el comportamiento que se espera de una modelo”, ella contesto que está en su derecho de defenderse si alguien la violenta, y tiene razón.

Las redes sociales se han vuelto un escenario donde juzgamos todo aquello que “creemos” es socialmente inaceptable, han pasado de ser una aplicación de interacción, comunicación e información, a un reflejo de los tabús de la sociedad.


Casos como el divorcio de Angelina, el beso de Emma o el golpe de Gigi no deberán ser juzgados por terceros, a veces, creo que olvidamos por un momento que son personas que tienen derecho a la privacidad, al respeto y que, como mujeres, nuestra reputación y su reputación es una construcción que ellas hacen y son/somos libres de decidir qué hacer.



Nota. No use ni compartiré en esta publicación alguno de los memes de los casos que expuse para no caer en lo mismo y seguir reproduciendo lo que crítico. 

Las invito a que conozcan Quintaesencia de Septiembre.




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