Los 29



Ya es costumbre sentarme a escribir sobre el año que termina y la  vuelta al sol que inicia.  Normalmente publicó este texto el mero día de mi cumpleaños o un día antes pero en esta ocasión tarde más de lo acostumbrado, me tomé un tiempo para reflexionar y hacer un alto para pensar bien lo que implican mis palabras.
Originalmente este texto se iba a llamar “los casi treinta” pero diantres por que adelantarme un año a algo que todavía no llega y que no es tan aterrador como parece, puede que sí pero por primera vez después de mucho tiempo me estoy abriendo a acompañarme no de esa compañía que esta para salir de fiesta sino para soportarme, quererme, resistir, apapacharme y mucho mucho amor sororo. Así que decidí que lo primero que tenía que hacer era cambiar el título y llamar las cosas por su nombre, veintinueve y que inicie no una cuenta regresiva sino un festejo a la vida y a un nuevo ciclo de retos y felicidad.
Así que Bienvenidos.

Este año ha sido de muchas emociones que suben y bajan, retos, incertidumbre, lucha, repensarme y deconstruirme, un año de vida que inició de una forma y concluye de otra o al menos no lo esperaba así. Tal vez nos creemos ideales o castillos de muchos sueños que con el paso del tiempo nos damos cuenta que no eran para nosotras, no es un tal vez, es algo que pasa y que hoy muchos meses después por fin puedo respirar sin sentir un hueco en el estómago.

Un año de mucha lucha interna, de pensarme como mujer, feminista, de muchas lágrimas pero también de muchas aventuras y alegría. De quemarlo todo (literalmente), de salir a marchar no una ni dos muchas más que en todos los años anteriores. De confortarme pero de luchar una y otra vez por mis derechos, los de mis hermanas, amigas y los de todas. De tomarme todo personal y salir a gritar porque es desde esa rabia e indignación que luchar se vuelve una causa.

Hoy después de mucho tiempo me siento bien y sana físicamente, me sé y siento acompañada de tantas personas, mis hermanas de sangre y de elección, una comunidad que es mi barrio y me respalda, con ganas de perrear hasta abajo, usar glitter, bailar, brillar y subir un vídeo para que vean lo feliz que soy (como la canción, léanlo con la tonadita)
Pero no negaré que llegar a esta edad es el último escalón de un dilema social que me va a perseguir y me empezaran a cuestionar ahora hasta por el reloj biológico, sí necesito divorciarme de todas aquellas personas que creen que debo seguir al rebaño, esa será una tarea difícil pero he decidido que seré feliz a mi manera y mi manera no incluye a quienes envían capturas de pantalla de lo que hago, digo y las envían a otras personas diciendo que estoy loca y eso no me llevará a ningún lado.
Una amiga me dice que cada año que venga se pondrá mejor y las miro, las miró a ellas esas mujeres que se han cruzado en mi vida y que son mayores que yo y creo entonces que cada año será mejor. Son mis Maduras y Ancestras (sí con mayúsculas)
He decidido que mi causa, mi yo, mi vida sea una vida política entregada a la lucha, hasta hora a mis a veintinueve no me equivoco y espero nunca tener que voltear y arrepentirme, pero si espero algún día detenerme y ver que esto sirvió de algo.

Otra amiga me dijo que los cumpleaños son como ciclos, pueden ayudarte a cerrar malos procesos y darte una nueva oportunidad para cambiar y este año así lo veo, cumplir años en este momento es comenzar un nuevo ciclo en el que acepto que necesito ayuda, que necesito darle movimiento a los lados cuadrados, quererme yo, soltar tantito y hacer una pausa para respirar pero que todo al final estará bien.

Que sea un mes de festejos pero lo más importante que sea un año de alegría, de disfrutar, bailar que este año será mejor que nunca,  bailando, disfrutando y con una sonrisa color carmín.

Gracias a todas.

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