Una boda, un funeral y un aniversario

 

Nota previa, este texto tardó dos semanas en ser escrito,
las palabras no  fluían, las emociones se arremolinaron y las ideas hicieron complot.
Pero no quiere –quería- ser concluido.

 

Fue una semana de reflexiones sobre la vida, en un momento festejábamos la vida en la conformación de una nueva familia, momentos después despedíamos la inesperada partida de la vida y en otro momento conmemorábamos el deseo de una larga vida.

Vida es eso y nada más: vida.

Desde diferentes formas, colores, aromas, en una convivencia en distintos trajes, con abrazos dados desde la preocupación por un virus que aún sigue, tres momentos distintos para apreciar la vida que nos sigue reuniendo.

Decía el poeta Amado Nervo “vida, nada me debes, vida estamos en paz”, siempre recuerdo esa frase de su poema por mi abuelo materno, falleció meses antes de que naciera, lo conocí –a mi abuelo- por sus libros, entre esos uno de poesía, mi madre decía que era su poema favorito así que lo aprendí. Recuerdo ese poema mientras pienso en los momentos que nos reunieron alrededor de la vida en menos de dos semanas la vida se presentó en diferentes formatos.

A la mitad me senté abrumada por la montaña rusa de emociones que estaba viviendo, acompañamientos, largos viajes en carretera, noches de informes, llamadas largas, mensajes vistos, corazones fugitivos, vida le dicen. Y entre todo ese mar de emociones sólo me quedaba escuchar, eso era lo que querían, ser escuchadas, sentirse escuchadas y me preguntó, me preguntan “¿Tu cuándo te escuchas?”

Entonces la palabra vida vuelve a mi otra vez.

¿Cuál es nuestro propósito en esta vida?,

Es curioso, llegué a la mitad del año y la vida misma se manifiesta, vamos –voy- tan rápido que olvidamos esos detalles. Se nos va de la mano cuando apenas empezamos a vivir.

Vida es esa que siento en la boca del estómago, cuando me aprieta, vida es esa que siento en la garganta y que trata de salir en un grito y es esa misma que se amontona en mis ojos queriendo fluir a chorros.

Y luego la vida te hackea las emociones y se presenta en poco tiempo en sucesos distintos.

Vida son esas ganas de escribirte, ese deseo de besarle y esas ganas de llorar al terminar la película.

¿Y si nos detenemos tantito para vivir?

Cierro este texto deconstruyendo esa frase de Nervo: vida me debes mucho, vida debo vivirte.

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